lunes, 16 de febrero de 2009

MANDAMIENTOS DE LOS SERVIDORES DE LOS ENFERMOS

Yo soy el enfermo, tu señor y tu amo!

  1. Honra la dignidad y sacralidad de mi persona, imagen de Cristo, por encima de mi fragilidad y limitaciones.
  2. Sírveme con amor respetuoso y solícito: con todo tu corazón, con toda tu inteligencia, con todas tus fuerzas y con todo tu tiempo.
  3. Cuídame como tú quieras ser atendido, o como lo harías con la persona más querida que tengas en el mundo.
  4. Sé la voz de los sin voz: hazte defensor de mis derechos, para que sean reconocidos y respetados.
  5. Evita toda negligencia que pueda poner en peligro mi vida o prolongar mi enfermedad.
  6. No frustres mi esperanza con tu afán e impaciencia, con tu falta de delicadeza y de competencia.
  7. Soy un todo, un ser integral: sírveme así. No me re­duzcas aun número o una historia clínica, y no te li­mites a una relación puramente funcional.
  8. Conserva limpios tu corazón y tu profesión: no per­mitas que la ambición y la sed de dinero los manchen.
  9. Preocúpate por mi pronta mejoría; no olvides que he venido al hospital para salir recuperado lo antes po­sible.
  10. Comparte mis angustias y sufrimientos; aunque no puedas quitarme el dolor, acompáñame. Me hace falta tu gesto humano y gratuito que me hace sentir al­guien y no algo, o un caso interesante.

    Y . . . cuando hayas hecho todo lo que tienes que ha­cer, cuando hayas sido todo lo que debes ser.., no olvides darme las gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario